Lo que parecía ser un conflicto escolar terminó en una violenta trifulca que puso en peligro la vida de varios estudiantes del colegio José Santos Puga, en la ciudad de Santiago.
En la pelea, registrada esta semana, se utilizó un arma blanca, hecho que encendió las alarmas de la comunidad y dejó en evidencia la creciente ola de violencia juvenil en los centros educativos de la provincia.
La gravedad del suceso obligó a una reunión de urgencia este jueves en la Dirección Regional de Educación de Veraguas, en la que participaron la gobernadora de Veraguas, Hildemarta Riera, la directora regional del Ministerio de Educación, María Pimentel, el subcomisionado de la Policía Nacional, Noel Haynes, junto a representantes de los gabinetes psicopedagógicos, la comunidad educativa y la directora del plantel donde se dio el violento enfrentamiento.
El ambiente en la ciudad es de repudio e indignación. Francisco González, de la asociación de padres de familia, aseguró que la raíz del problema va más allá de las escuelas: “Ya es hora de que se cambie la Ley del Menor. Cuando los padres quieren corregir a sus hijos, terminan denunciados y hasta en la cárcel. Eso es lo que nos tiene en esta situación”, denunció con tono enérgico.
La exdiputada Fátima Agrazal recordó que durante su gestión se intentó fortalecer el trabajo de los gabinetes psicopedagógicos para atender a los menores en riesgo, pero reconoció que hoy “es poco lo que se está haciendo y la violencia sigue creciendo”.
Por su parte, la directora regional del Meduca, María Pimentel, dijo que la convocatoria de emergencia buscó cortar de raíz los brotes de violencia que se han registrado en varios colegios de Veraguas: “No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras los estudiantes se enfrentan con armas. La seguridad de los planteles es una prioridad”, aseguró.
La población santiagueña, que sigue consternada por lo ocurrido, exige acciones inmediatas y contundentes para evitar que nuevas riñas pongan en riesgo la vida de los estudiantes.